Cooperación Sur - Sur












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  La web Cooperación Sur-Sur es la página oficial del Programa Iberoamericano para el  Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur.

En ella podrá encontrar toda la información generada por el Programa: seminarios, talleres, experiencias exitosas, informes técnicos, metodología etc. Además de toda la actualidad sobre Cooperación Sur-Sur.
Este espacio quiere ser el referente de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica,  así como constituirse en el punto de encuentro obligado para todos los especialistas en la materia.
Cooperación Sur-Sur ofrece también, a través de su foro, un espacio para el debate y el intercambio de información.



Informe Anual

Origen El Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur tiene su origen en un mandato del Programa de Acción de la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, en el año 2007. Su aprobación se efectuó en el marco de la XVIII Cumbre de San Salvador, en noviembre del 2008. Su puesta en marcha se realizó durante el primer trimestre de 2010. El Programa cuenta con 19 países adheridos  y su máximo órgano de gobernanza es el Comité Técnico Intergubernamental conformado por los Responsables de Cooperación de los 19 países.

Por tratarse de un Programa Cumbre la Secretaria General Iberoamericana vela por su buen desarrollo y apoya su ejecución.

Sede
El Programa tiene su sede en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia hasta el 31 de diciembre del 2011, y en la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, a partir del 1° de enero del 2012 y por un periodo de dos años.

Gerencia La Gerencia de la Unidad Técnica del Programa recayó hasta diciembre de 2012 en la señora Patricia González G., de nacionalidad chilena. Desde mayo de 2013, ostenta el cargo de Gerente la señora Mónica Páez, de nacionalidad ecuatoriana.

Objetivos El campo de actuación del Programa es el del Cooperación Sur-Sur, que ha recibido un notable impulso en la región en los últimos años y que enfrenta desafíos asociados a la capacidad de las instituciones impulsoras. Su objetivo es fortalecer y dinamizar la Cooperación Horizontal Sur-Sur Iberoamericana, contribuyendo a la calidad e impacto de sus acciones, así como a la promoción del intercambio de experiencias que sean adaptadas a los contextos y prioridades de las políticas públicas de cada país, contribuyendo a éstas, por medio de:
  • El desarrollo y fortalecimiento de las capacidades institucionales de los organismos que gestionan la cooperación internacional en los países Iberoamericanos a través de la formación y capacitación, del desarrollo de sistemas de información y de la discusión y formación de posiciones comunes en la región sobre esta materia.
  • La identificación y divulgación de casos y experiencias de Cooperación Sur-Sur, que reflejen necesidades y prioridades nacionales y regionales, adaptables a las diferentes realidades; así como contribuir de manera activa en la elaboración anual del Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica.
Si desea conocer todos los detalles sobre el Programa Iberoamericano para el  Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur no dude en consultar nuestra sección Programa.




Cooperación Sur- Sur Definición:

Antecedentes

La Unidad Especial de Cooperación Sur-Sur del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sitúa el nacimiento de la Cooperación Sur-Sur en 1954, año en que se registró la primera acción de cooperación enmarcada en un intercambio entre países en desarrollo. Tailandia, hoy la segunda economía más importante del Sudeste Asiático, ejecutó entonces acciones puntuales de cooperación en otros países de la región. Pronto Corea, India y Singapur reprodujeron sus pasos. Todos estos países empezaron a ofrecer cooperación a otras naciones en desarrollo sin que ello impidiera que siguieran recibiendo importantes cantidades  de Ayuda Oficial al Desarrollo.

Años sesenta

Desde la primera mitad de los sesenta se suceden una serie de eventos y reuniones que permiten ir delimitando conceptualmente la Cooperación Sur-Sur. El debate viene marcado por el nacimiento, en 1964, de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) así como del Grupo de los 77 (G77). Desde ambos foros se impulsan la Cooperación Técnica  (CTPD) y la Cooperación Económica entre Países en Desarrollo (CEPD).

Nuevo Orden Económico Internacional

La década de los setenta es, sin lugar a dudas, la más activa en términos de definición e impulso a la Cooperación Sur-Sur. Es una época marcada por el empuje que las recién independizadas ex colonias desean conferir al Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI).
En este contexto, los nuevos países tienen la percepción de que los flujos de Ayuda Oficial al Desarrollo mundial son insuficientes para satisfacer sus necesidades de desarrollo. Asimismo, toman conciencia de sus capacidades nacionales y colectivas. La conjunción de estos elementos favorece que los nuevos Estados apuesten por la Cooperación Sur-Sur como opción para promover su desarrollo. Actores como el Movimiento de los No Alineados (MNOAL) y el G77 juegan un papel importante.
Sin embargo, los avances más relevantes de la década se fraguan en el marco de la ONU. Naciones Unidas hace uso de la celebración anual de su Asamblea General para buscar fórmulas que permitan complementar la incipiente Cooperación Sur-Sur con la tradicional Cooperación Norte-Sur. En 1974 se crea la Unidad Especial de Cooperación Sur-Sur, mientras que en 1978 se adopta el Plan para Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD), también conocido como Plan de Acción de Buenos Aires (PABA).

Crisis económica de los ochenta

Los ochenta marcan un nuevo punto de inflexión. La crisis económica, especialmente notable en América Latina, afecta a la cooperación internacional en todas sus modalidades. Hay que esperar hasta mediados de los noventa para que la Cooperación Sur-Sur recupere su impulso e inicie un nuevo período de expansión, una etapa de renovado auge que se extiende hasta la actualidad.

Años noventa

En efecto, durante la década de los noventa el crecimiento económico experimentado por algunos países en desarrollo contribuye a fortalecer sus capacidades internas. Esta situación mejora las opciones de estos países como oferentes de cooperación. Además, su progresivo desplazamiento como receptores de una Ayuda Oficial al Desarrollo mundial en franca reducción, convierten a la Cooperación Sur-Sur en una buena herramienta de avance hacia el desarrollo.

Cambio de siglo

A partir del año 2000 se refuerzan las dificultades de los países con rentas medias para seguir optando a la Ayuda Oficial al Desarrollo, lo que favorece el auge del intercambio de capacidades entre estos países en desarrollo. Se suceden entonces una serie de eventos cuyo objetivo principal es explorar al máximo las posibilidades que la Cooperación Sur-Sur ofrece en el ámbito de la cooperación internacional. 

Destaca la Conferencia de Alto Nivel sobre  Cooperación Sur-Sur celebrada en Qatar en el año 2005. En esta cita se aprueba el denominado Plan de Doha, cuya adopción debería permitir: “un impulso definitivo a la Cooperación Sur-Sur en todas las regiones del mundo y en todas sus modalidades”.

Se reivindica el uso de la Cooperación Sur-Sur desde diferentes dimensiones: desde una dimensión política, con la que lograr una mayor participación y voz en las instituciones y foros multilaterales; desde una dimensión económica, especialmente en sus vertientes comercial y financiera.

América Latina, la región más activa

Por su parte, América Latina destacó como la región en desarrollo más activa en términos de Cooperación Sur-Sur. Tanto por su influencia en términos del avance conceptual que experimentó esta modalidad, como por la emergencia de experiencias cada vez más novedosas que marcaron el camino por el que la Cooperación Sur-Sur puede transitar.
En la actualidad, el debate abierto en torno a la Cooperación Sur-Sur sigue vigente y no deja de coincidir con un auge significativo de esta nueva forma de cooperar.

Aproximación conceptual

Una primera identificación a los principios que caracterizan a la Cooperación Sur-Sur se produjo en 1978, coincidiendo con la celebración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD). En el documento resultante, el denominado Plan de Acción de Buenos Aires, se expresaba que la Cooperación Sur-Sur era un “proceso consciente, sistemático y políticamente motivado” en el que destacaban: la no interferencia de los países cooperantes en los asuntos de otros estados; la igualdad entre los asociados; y el respeto por los contenidos locales del desarrollo.

PNUD

Sin embargo, la definición más completa procede de la Unidad Especial de Cooperación Sur-Sur del PNUD. Según ésta, la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo se refiere a todo aquel “proceso” por el cual “dos o más países en desarrollo adquieren capacidades individuales o colectivas a través de intercambios cooperativos en conocimiento, cualificación, recursos y Know How tecnológico”.

Conforme a ello, este tipo de cooperación tiende a instrumentalizarse sobre asistencias técnicas (consultorías, asesorías y cursos de formación, entre otros). Su resultado más inmediato es la potenciación mutua de determinadas capacidades sectoriales (por ejemplo en educación, salud, infraestructura y turismo) con impactos sobre algún aspecto del desarrollo económico y social de los países implicados.
La Cooperación Sur-Sur constituye por lo tanto una opción viable para apoyar el desarrollo a partir de los recursos y la experiencia que cada país puede compartir con otros de igual o menor desarrollo relativo, en un proceso de cooperación mutua. En la práctica se presenta como una forma de cooperación independiente, que no se basa en criterios económicos y que ofrece asociaciones estratégicas entre iguales para lograr objetivos comunes.

Principios básicos

En este sentido, lo que efectivamente identifica y diferencia a la Cooperación Sur-Sur es su asociación con unos principios de funcionamiento básicos:
  • La horizontalidad. La Cooperación Sur-Sur exige que los países colaboren entre sí en términos de socios. Esto significa que, más allá de las diferencias en los niveles de desarrollo relativo entre ellos, la colaboración se establece de manera voluntaria y sin que ninguna de las partes ligue su participación al establecimiento de condiciones.
  • El consenso. La ejecución de una acción de Cooperación Sur-Sur debe haber sido sometida a consenso por los responsables de cada país, y ello en marcos de negociación común, como pueden ser las comisiones mixtas o sus equivalentes.
  • La equidad. La Cooperación Sur-Sur debe ejercerse de un modo tal que sus beneficios (a menudo consistentes en la potenciación mutua de capacidades críticas para el desarrollo) se distribuyan de manera equitativa entre todos los participantes. Este mismo criterio debe aplicarse a la distribución de costos, que deben asumirse de manera compartida y proporcional a las posibilidades reales de cada contraparte.

La Cooperación Sur-Sur en la región

En 2009, con el objetivo de avanzar en un mejor entendimiento, los países latinoamericanos recogieron los criterios y las fortalezas de la Cooperación Sur-Sur en la región:
  1. La Cooperación Sur-Sur se basa en la solidaridad para la ampliación de capacidades a través de la cooperación técnica. Se trata de un compromiso voluntario entre países que quieren abordar conjuntamente los desafíos del desarrollo y los retos de la pobreza y la desigualdad.
  2. Esta cooperación es direccionada a todos los sectores y ámbitos que se requieren, evitando una relación vertical y asistencialista en la búsqueda del desarrollo y optando por la asociación horizontal entre actores como principio básico de actuación.
  3. La Cooperación Sur-Sur no sustituye a la tradicional Norte-Sur; tampoco es subsidiaria ni un instrumento de ésta. Más bien aspira a articularse, cuando sea posible, con los planes y programas de la Cooperación Norte-Sur, a partir de su propia experiencia y con las miras puestas en lograr los mejores resultados de forma eficiente y solidaria. El espacio para esta articulación son las demandas de los países en desarrollo expresadas en sus planes y prioridades nacionales.
  4. La Cooperación Sur-Sur apuesta por una relación entre cooperantes que ofrecen y demandan beneficios en condiciones de reciprocidad.
  5. La Cooperación Sur-Sur encuentra una gran aceptación ya que deriva de acuerdos entre países que enfrentan desafíos de desarrollo similares a nivel local y global, lo cual facilita la adecuación de las acciones a necesidades y perspectivas comunes. Este hecho favorece el entendimiento mutuo y permite además compartir modelos de gestión ya implementados por los países del sur, donde se toman en cuenta tanto los aciertos como los errores y lecciones aprendidas.
  6. La Cooperación Sur-Sur, como se recogió en el PABA, desarrolla su acción en múltiples sectores, teniendo su principal fortaleza en el ámbito de la cooperación técnica y del fortalecimiento de capacidades. Los expertos que los países ofrecen en la Cooperación Sur-Sur, son especialistas y técnicos con una gran experiencia en sus respectivos sectores de actividad al provenir de las filas de sus respectivas administraciones. Por lo tanto los expertos de la Cooperación Sur-Sur implican un costo que debe ser reconocido por otros actores de la cooperación.
  7. Los países en desarrollo, especialmente en una misma región, comparten experiencias comunes así como vínculos culturales que facilitan la comprensión mutua y pueden mejorar la efectividad de los proyectos y programas de cooperación.
  8. Los países hacen un uso efectivo de las tecnologías dentro de la Cooperación Sur-Sur, dado que los recursos tecnológicos de los países en desarrollo oferentes de cooperación presentan características de adaptabilidad que facilitan su uso, mantenimiento y conservación.
  9. La Cooperación Sur-Sur apuesta por la eficacia y eficiencia en el uso de los recursos de cualquier tipo, limitando costes y poniendo en juego experiencias contrastadas.
  10. Este modo de cooperar favorece las relaciones entre países de una misma región, promoviendo la integración y las buenas relaciones de vecindad, así como la relación con países socios de otras regiones con los que se puede construir alianzas. 
Fuente:
SEGIB (2008). II Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica.
SEGIB (2009). Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2009.


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